Pedro Sánchez presume en EE UU, un país que está viviendo un claro repunte de positivos en coronavirus. De que España no tiene un movimiento antivacunas y que eso le permitirá superar mejor la crisis. Las televisiones de EE UU centran su programación en el debate sobre los millones de personas que se niegan a vacunarse. Y la tensión política y social sobre esta cuestión es evidente con un breve repaso a la programación matinal. En ese contexto, Sánchez, en su primera intervención pública en su viaje de tres días a EE UU, en el programa Good morning Joe de la MSNBC, ha presumido de que España no tiene ese problema cuando le han preguntado por los malos datos de contagios.
“Tenemos cifras altas hoy, desafortunadamente, y por eso hacemos un llamamiento a la prudencia, pero afortunadamente no tenemos ningún tipo de movimiento contra la vacunación”, ha señalado Sánchez en claro contraste con la situación de EE UU e, incluso, de otros países europeos donde el movimiento contra la vacunación sí ha cobrado fuerza, hasta el punto de que el presidente francés, Emmanuel Macron, ha señalado que a los que se nieguen a vacunarse se les cerrarán las puertas de la Administración e incluso no podrán ir a restaurantes.
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Sánchez ha explicado que el problema ahora en España es que se está contagiando la población no vacunada. Los más jóvenes, y por eso aumentan los casos. La presentadora le ha preguntado entonces si tienen un problema de distribución de vacunas. Porque en EE UU ya se ha vacunado prácticamente a todas las generaciones y a todas las personas que querían hacerlo. Pero Sánchez ha explicado que España lleva buen ritmo y también está vacunando ya a jóvenes. Y que cumplirá el objetivo del 70% de la población cubierta a finales de agosto.
El presidente ha insistido en que este es un asunto de salud pública que no debería generar un debate político: “Esto no va de conservadores o progresistas. El mayor error sería ideologizar la pandemia. Esto es un desafío de salud pública global. Tenemos que pedir prudencia a nuestros ciudadanos”. Poco después de que se transmitiera la entrevista, la MSNBC profundizaba en este debate que se vive en EE UU entre quienes se ponen la vacuna y quienes la rechazan y le daba un gran valor al hecho de que Sean Hannity, conocido presentador de la FOX y gran referente mediático para Donald Trump, dijera que él cree en la ciencia e invitó a todos en su programa a vacunarse.
El objetivo del viaje de Sánchez es, en cualquier caso, sobre todo económico. Este miércoles se reunirá con un grupo importante de máximos responsables de fondos de inversión y después se verá a solas con Larry Fink, el consejero delegado de BlackRock, el mayor fondo del planeta, con importantes intereses en España en casi todos los sectores, también en el inmobiliario, donde tiene una gran influencia y está muy pendiente de la reforma de la ley de vivienda que siguen negociando el PSOE y Unidas Podemos.
Sánchez trata de convencer a todos los fondos de que aprovechen el momento para invertir
En la reconstrucción de la economía española con el gran fondo europeo de 72.000 millones de euros en inversión directa y otros tantos en préstamos. Fuentes del sector señalan que Sánchez se ha adelantado a otros primeros ministros europeos con este viaje, y eso puede ayudar, porque estos dirigentes llevan meses sin tener contacto presencial con presidentes o primeros ministros por la pandemia. La de este miércoles es la jornada clave en el corazón financiero de EE UU, y Sánchez viajará después a Los Ángeles y al día siguiente a San Francisco, donde termina su ruta.
Al presidente le han preguntado indirectamente por qué no va a Washington a reunirse con el presidente Joe Biden en este viaje, pero no ha contestado. Eso sí, Sánchez ha lanzado muchos guiños a Biden y ha dicho que es una muy buena noticia que haya llegado él después de Donald Trump porque el expresidente se salió de los compromisos de la cumbre de París en la lucha contra el cambio climático y veía a la UE “como una especie de enemigo”, algo que Biden no hace. En el Gobierno español explican que no era aún el momento adecuado para buscar esa cita en la Casa Blanca y por eso se han concentrado en un viaje económico sin pasar por Washington.