No importa el argumento que se use, Sharleen Spiteri no va a cambiar de opinión. La artista así lo canta desde 1997 en Say what you want (Di lo que quieras) junto a su grupo Texas, y lo mantiene a sus 53 años. A la artista escocesa le gustaría contagiar esa determinación y abolir las etiquetas para que el mundo fuera más libre. Es una de sus máximas, y la ha defendido también con su ropa andrógina y su pelo corto. “Cuando empecé a vestirme así me vi muy atractiva”, comenta este martes en una videollamada. Aunque le exaspera la percepción masculina: “Los hombres pensaban que yo era lesbiana por mi aspecto, ¿quién dice eso?, ¿quién piensa así?, ¿tan pequeño es su cerebro?, ¿o su pene?”.
Como mujer que ha estado en la industria de la música durante 35 años, pienso que somos deseadas, no admiradas. No creo que recibamos el respeto, los elogios, y el prestigio que merecemos
La vocalista de Texas se moja con las respuestas, dice palabras malsonantes cuando se refiere al machismo en la música, o a cómo la sociedad mitiga la ambición femenina. Toda esa injusticia no la frena, la despierta. “Como mujer que ha estado en la industria de la música durante 35 años, pienso que somos deseadas, no admiradas. No creo que recibamos el respeto, los elogios, y el prestigio que merecemos”, denuncia.
El pasado viernes la banda escocesa presentó su décimo disco, Hi, con 14 temas de rock soul que nacieron de los descartes de grabaciones anteriores. En 2018 Spiteri y el bajista Johnny McElhone encontraron sesiones originales y en un principio pensaron en publicarlas, pero escucharlas despertó en ellos nuevas melodías. Los inéditos que hallaron eran de su disco White on Blonde, que la cantante recuerda con especial cariño, no solo por la música: “Recuerdo cuando hice la portada, donde se ve mi jersey y mis ojos, y me sentía increíblemente sexy. Todo depende de cómo lo mires y creo que cuando somos jóvenes no lo comprendemos del todo”.
Ella no quería un novio, quería un amigo. “Me tomó mucho tiempo encontrarlo, me casé por primera vez hace tres años, con 51″, sentencia. Se dio cuenta de que todo la empujaba a tener que elegir el camino clásico o la rebeldía: “Se espera que las mujeres renunciemos a todo para triunfar, pero podemos tener hijos, criarlos, cuidar de ellos, tener una gran vida y mucho éxito”. Se alegra de que su banda la apoyara para mantenerse firme, y sabe que es un trabajo colectivo: “No se trata de que ellos luchen por nosotras, ni de salvarnos; se trata de que estén a nuestro lado”. Está esperanzada por las nuevas generaciones y le decepcionan las instituciones. ”No creo que hayan cambiado. Sigo pensando que son arrogantes, ignorantes, sexistas, racistas y matones”, critica.
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