Fue en marzo del año pasado cuando la historiadora y periodista británica Lucy Worsley desmontó ante las cámaras de la BBC uno de los mayores bulos de la historia: la victoria de Isabel I de Inglaterra sobre Felipe II tras el intento fallido del rey español de desembarcar en Gran Bretaña. “Todo es absolutamente falso”, explicó en la serie televisiva Royal History’s Biggest Fibs (Los mayores bulos de la historia real). Con un espíritu reivindicativo semejante asoma el ensayo Fake news del imperio español. Embustes y patrañas negrolegendarias, (La esfera de los libros, 2021), del periodista y divulgador histórico Javier Santamarta del Pozo.
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España, escribe Santamarta, es como el gato de Schrödinger. “Algo como que el gato está vivo y muerto al mismo tiempo dentro de la caja. En esta caso, España existe y no existe. Si comete genocidio en América, ¡España existe!
Si hablamos de la malvadísima Inquisición, esta ha de apellidarse española. Pero si hablamos de las Leyes de Burgos de 1512 [que reconocían a los indios como hombres libres con derecho a la propiedad], esa legislación no es española. Sé que la isla de Santo Domingo inicialmente se llamó La Española y que el salvaje comeindios Hernán Cortés a aquellas tierras mexicanas las bautizó como Nueva España. Pero no porque hubiera una vieja España, no. ¿No hemos quedado que España no existe?”
En la obra, con estilo socarrón, el autor pone en duda numerosas verdades históricas. “No podría entender nadie, más que un español, que cuando llega en 1992 el V Centenario del momento en que la historia se hace universal con el descubrimiento de un nuevo mundo, de lo primero que hace mención el secretario de Estado para la celebración, Luis Yáñez, es que los actos programados no significan ‘la celebración del genocidio de los indios por parte de los conquistadores españoles”. “¿Puede alguien pensar que sería normal que el V Centenario de una epopeya como fue la Primera Circunnavegación fuese boicoteado por el propio gobierno español, como hizo la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, pidiendo al historiador Álvarez Junco certificar que dicha hazaña no fue española (sic)?”.
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Santamarta emprende también una cruzada para demostrar que la leyenda negra contra España existe y que esta campa a sus anchas en medios de comunicación y hasta en exposiciones. Pone como ejemplo el Museo de la Inquisición en Granada, donde se muestra “una especie de nazareno como un verdugo tenebroso, junto a una guillotina”, máquina inventada en Francia a finales del XVIII para ejecutar reos.
Se queja el divulgador, una y otra vez, que en los últimos tiempos, fundamentalmente impulsada por gobiernos independentistas, se extiende la idea de que “España ni existe ni ha existido”. “Es evidente que España en sí misma es una fake news que llevamos tragándonos desde la Enciclopedia Alvarez hasta hoy. Pues ya vemos y leemos que ni siquiera los Reyes Católicos eran reyes de España. Es más. Que a la muerte de Isabel I su marido, Fernando II de Aragón y V de Castilla, nunca usó título parecido [rey de España]”. “Pero el caso”, continúa Santamarta, “es que hasta el tal Fernando II o V, el Católico para enterarnos, no hacía más que firmar hasta después de fallecida la reina Isabel como Ferdinandus Dei Gratia Rex Hispania. Por no hablar de la Estoria de España, de Alfonso X, en 1274; o la Chronica de España, del barcelonés Francesc Tarafa, en 1565, “donde llama a uno y otro reyes de España”.
Recuerda el periodista que la consejera de la Generalitat de Cataluña y eurodiputada Clara Ponsatí intervino el 11 de febrero de 2020 en el Parlamento Europeo para destacar la expulsión de los judíos en 1492 con estas palabras: “Este primer episodio de antisemitismo, que Adolf Hitler admiró e intentó superar, prevalece como la piedra angular de la tragedia española y su récord de intolerancia”.