Mayores aislados durante la pandemia. El telón de fondo de estas situaciones es el edadismo, un término que comprende los estereotipos, los prejuicios y la discriminación que ejercen unas personas sobre otras por su edad. Esta dinámica de exclusión afecta tanto a los mayores como a los jóvenes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta de que esta discriminación está cada vez más extendida: una de cada dos personas en el mundo es edadista contra las personas mayores, según el Informe mundial sobre el edadismo del organismo internacional, publicado en marzo. Además, una de cada tres afirma haber sido objeto de discriminación por edad en Europa, la única región de la que se disponen datos cuantitativos sobre la percepción de esta segregación. La OMS advierte de que se trata de una exclusión “invisible”.
El edadismo se basa en una imagen errónea de la persona, según Vânia de la Fuente-Núñez, coautora del informe. “A menudo se ve a los mayores como un grupo homogéneo, frágil y vulnerable, y se los infantiliza”, señala la investigadora. Pero el edadismo no solo afecta a este grupo de edad: los jóvenes afirman haber percibido más discriminación que otros grupos en Europa. “Suelen tener bastantes problemas para acceder al mercado laboral, por ejemplo”, apunta De la Fuente-Núñez [el paro juvenil en España es del 38%, 20 puntos más que la media de la UE.
Para el informe, la OMS, junto a otras entidades de la Organización de las Naciones Unidas, ha elaborado estudios cuantitativos y cualitativos sobre el edadismo y ha recopilado los trabajos de investigación que ya existían en las diferentes regiones de actuación del organismo —África, América, Asia Sudoriental, Europa, Mediterráneo Oriental y Pacífico Occidental—.
El informe señala que los mayores también tienen dificultades para acceder a un puesto de trabajo y tienden a quedar excluidos de las actividades de investigación y recolección de datos.