Argentina se ha convertido en el principal aliado de Rusia para la distribución de la vacuna Sputnik V en América Latina. En una conferencia de prensa conjunta, el presidente argentino, Alberto Fernández, y su par de Rusia, Vladimir Putin, anunciaron este viernes que la próxima semana comenzará la producción de la vacuna contra la covid-19. La desarrollará el laboratorio Richmond, que tiene como objetivo fabricar unos dos millones de dosis mensuales.
El mandatario argentino anunció que el domingo saldrá de Moscú el avión que llevará a Buenos Aires el principio activo elaborado por el Instituto Gamaleya con el que podrá iniciarse la producción local. En él viajarán además nuevas dosis de la Sputnik V para continuar con la campaña de vacunación a las puertas del invierno austral. “Vendrán vacunas para Argentina y para Paraguay, del mismo modo que trajimos vacunas para Bolivia”, informó Fernández sobre el rol de Buenos Aires como mediador entre Moscú y distintos gobiernos de uno de los continentes más castigados por la pandemia de coronavirus.
“Esta vacuna es una de las más eficientes en el mundo, con 97,6% de eficacia”, afirmó Putin durante la videollamada. Argentina fue el primer país de América Latina en aprobar esta vacuna, que en un primer momento fue recibida con enorme escepticismo por parte de la oposición. Hasta el momento, la Sputnik V ha sido registrada en 66 países y Rusia ha cerrado acuerdos para deslocalizar su producción también en Brasil, Alemania, Italia, Serbia, Arabia Saudí y Turquía, entre otros.
El acuerdo alcanzado con Moscú se publicita en una semana difícil para el Gobierno de Fernández. La escasez de vacunas —menos del 7% de la población ha recibido las dos dosis— se ha convertido en uno de los temas centrales del debate público en las últimas semanas que enfrenta una segunda ola de la pandemia más grave que la primera. Con las 541 nuevas muertes por covid anunciadas este viernes, la cifra total de víctimas fatales en Argentina superó las 80.000, mientras que el número de contagiados se acerca a los cuatro millones. Las nuevas cepas, más virulentas y contagiosas, han llevado al límite las terapias intensivas de varias provincias de Argentina.
“Estamos muy conformes con los logros que hemos alcanzado vacunando a nuestra gente con la vacuna salida del Instituto Gamaleya”, subrayó Fernández. “Para nosotros ha sido muy valioso porque millones de argentinos han visto preservar su vida gracias al desarrollo científico de Rusia, en el que siempre confiamos”, agregó.