Vecinos continúan protestando en contra del tren interurbano que une a la Ciudad de México con Toluca. Los manifestantes argumentan que el proyecto afecta gravemente al medio ambiente y que no se han tomado en cuenta las opiniones de la población local. Además, denuncian la falta de transparencia y el desalojo de varias familias para la construcción del proyecto.
El tren interurbano, un proyecto de más de 60 kilómetros de longitud que ha costado más de 3 mil millones de dólares, facilitará el transporte entre ambas ciudades y reducirá el tiempo de viaje a la mitad. Sin embargo, los críticos argumentan que se han ignorado las consecuencias ambientales y sociales a largo plazo.
A pesar de las protestas, las autoridades han reanudado la construcción del tren interurbano. Además, señalan que el proyecto fue aprobado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), que realizó estudios de impacto ambiental y aprobó los permisos correspondientes.
La situación es tensa, y los vecinos prometen seguir luchando en contra del tren interurbano. El proyecto se ha convertido en un tema de debate público en los últimos años y muchos esperan que se alcance una solución que beneficie tanto al transporte como a la protección del medio ambiente y de los derechos de la población local.
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