Unos 4,000 residentes de Tila, Chiapas, han huido de la ciudad debido a la violencia que ha estado ocurriendo en su comunidad. La mayoría de los refugiados provienen de comunidades indígenas y han huido a las montañas cercanas, donde permanecen en refugios improvisados. Las autoridades locales han declarado que la situación en Tila se debe al conflicto entre dos grupos antagónicos de indígenas, y ha sido agravado por el uso de armas de fuego en las peleas. El gobierno ha mandado fuerzas de seguridad para restablecer la paz en la ciudad, pero algunos grupos de residentes sospechan de su participación en el conflicto. El movimiento de los refugiados ha creado una crisis humanitaria en la región, y se precisa de ayudas humanitarias para hacer frente a tal hecho. La intensidad de la violencia en la ciudad ha llevado a que el conflicto sea calificado por los especialistas del país y medios de comunicación internacionales como un conflicto del poder, que se cimienta en una realidad de desatención estatal hacía la comunidad indígena, lo que ha dejado espacio a la violencia para prosperar en la ciudad.
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