En México, pocas escenas evocan tanta nostalgia y calidez como la del típico carrito de esquites en la esquina de una colorida calle. Con el vapor elevándose de la olla, se siente el tintinear de los vasos de unicel, que vibran en las manos de quienes hacen la fila, anhelantes de probar ese antojito tan querido. Los esquites, desgranados, hervidos con epazote, chile y un toque de caldo, representan no solo un alimento, sino una experiencia compartida que ofrece un respiro en la vorágine de la vida urbana.
Desde tiempos remotos, el tuétano ha sido un ingrediente estelar en la gastronomía mexicana. Sin embargo, su uso se ha restringido en muchos hogares a caldos o tacos. Su textura cremosa y el profundo sabor que aporta lo convierten en un tesoro culinario que puede elevar cualquier platillo cotidiano. Al integrarse a los esquites, el tuétano transforma este antojito en una propuesta más intensa, que mezcla el dulce sabor del maíz con un delicado y mantequilloso toque.
### Ingredientes para 4 porciones
– 4 elotes tiernos desgranados
– 2 piezas de tuétano en caña
– 2 ramas de epazote fresco
– 2 chiles de árbol secos
– ½ cebolla blanca picada
– 2 dientes de ajo picados
– 1 litro de caldo de pollo o agua
– 2 cucharadas de mantequilla
– Sal y pimienta al gusto
– Limón, chile en polvo y queso fresco para servir
### Procedimiento
1. En una olla, derrite la mantequilla y sofríe la cebolla y el ajo hasta que se tornen transparentes.
2. Agrega los granos de elote y los chiles de árbol; saltea durante unos minutos.
3. Vierte el caldo de pollo, añade el epazote y cocina a fuego medio durante 25 minutos, hasta que el maíz esté suave. Ajusta la sal al gusto.
4. Coloca los huesos de tuétano sobre una charola con sal gruesa y ásalos en un horno precalentado a 200 °C durante 15 minutos, hasta que la médula burbujee.
5. Sirve los esquites en vasos hondos y coloca tuétano caliente sobre cada porción.
6. Finaliza con jugo de limón, queso fresco y chile en polvo al gusto.
El primer bocado de esquites con tuétano es una revelación: el maíz mantiene su frescura y dulzura, mientras que el tuétano se desliza suavemente como mantequilla. Este platillo, que se reafirma en su esencia callejera, adquiere un giro único que lo hace extraordinario.
La combinación de estos ingredientes no solo destaca lo mejor de la cocina mexicana, sino que también invita a explorar la rica herencia culinaria que cada bocado ofrece. Con cada porción, se revive el sabor de la tradición, recordando que lo simple puede ser sorprendentemente delicioso.
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