Sexto día sin Anna y Olivia, las dos niñas de uno y seis años desaparecidas en la isla canaria de Tenerife junto a su padre, Tomás Gimeno, de 37 años, quien el pasado martes, 27 de abril, no las devolvió a su expareja tras pasar varias horas con ellas. Este lunes se ha conocido que Gimeno hizo un día antes de su desaparición un traspaso entre dos cuentas bancarias suyas por valor de 55.000 euros, pero no llegó a extraer dinero en efectivo, según fuentes de la investigación. Además, el análisis de los restos de sangre encontrados el miércoles en la embarcación de Gimeno —hallada a la deriva horas después de la desaparición del padre y las hijas— concluye que la sangre no es de las menores sino del padre, según ha comunicado este lunes Televisión Canaria.
El dispositivo de búsqueda ha ampliado este lunes su área de acción hacia el oeste de la isla, si bien se concentran los esfuerzos en el fondo marino de la costa este. En la búsqueda participan el servicio aéreo y marítimo de la Guardia Civil, así como el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) y la Unidad Orgánica de la Policía Judicial, que está al frente de la investigación, apoyada por agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) llegados de Madrid. Además apoyan la búsqueda otros organismos como Salvamento Marítimo y el 112 de Canarias con un helicóptero, según señala la Guardia Civil.
Los investigadores tratan de mantener la esperanza pese al transcurso de los días. Una de las hipótesis pasa por un secuestro y que una o varias personas ayudaran a Gimeno a llevar adelante un plan preconcebido, apuntan fuentes consultadas por Efe.
Otro de los rastros que siguen los investigadores es el de la mencionada transferencia de 55.000 euros entre dos cuentas de Gimeno, efectuada el día antes de su desaparición. Fuentes de la investigación consultadas han asegurado que el padre de las niñas no ha retirado efectivo en cajeros automáticos desde que desapareció el pasado martes.

Reconstrucción de los hechos
Anna y Olivia Gimeno se encuentran desaparecidas desde la noche del 27 de abril. En la tarde de aquel martes, Gimeno recogió a su hija menor en el domicilio de Beatriz Zimmerman, la madre de las niñas, y se dirigió posteriormente al Campamento Die Villa, cerca del Colegio Alemán (municipio de El Rosario), donde estudia la hija mayor, según consta en el atestado de la Guardia Civil. Entre la expareja no existe convenio regulador ni sentencia judicial para las visitas de las menores, por lo que se venían efectuando de mutuo acuerdo.
Según la denuncia, a las 21.00 la madre acudió a la casa de Gimeno para recoger a las niñas, pero nadie respondió. Al llamarle por teléfono, el hombre dijo que había salido a cenar con ellas y que al acabar las llevaría al domicilio de la mujer, en la localidad de Radazul (también en El Rosario).
Poco antes de las 22.00, al seguir sin noticias de su exmarido, Beatriz Zimmerman volvió a telefonearle. Esta vez, el contenido de la conversación fue bien distinto: según el testimonio de ella, este le contestó que no iba a volver a ver más a sus hijas ni a él, y que no se preocupara, que él se iba a encargar bien de las niñas.
La madre se trasladó entonces al puesto de la Guardia Civil en Radazul para denunciar los hechos. En el cuartel, a las 22.30, volvió a llamar a Gimeno, quien le respondió en los mismos términos. A las 23.45, el teléfono del padre de las niñas dio señal de apagado o fuera de cobertura.
La que fue su pareja volvió a hablar con él a la 1.30. Según consta en el atestado, durante esta llamada mantienen una “conversación larga en la que hablan de cosas de su relación”, y en la que Gimeno le comunica que “se va a ir lejos y que no va a volver a ver a las niñas”.
Al día siguiente, Beatriz Zimmerman volvió a la comisaría. Entonces comunicó a los agentes que los padres de Tomás Gimeno le habían dicho que su hijo y las niñas estuvieron en su domicilio cerca de las 19.30 y que, al marcharse, empleó un tono “que los padres interpretan como de despedida”. Gimeno, según lo relatado por la madre de las niñas, se expresaría de forma similar tras comunicarse con los amigos y el círculo cercano de su expareja.
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