Annie Ernaux, escritora francesa, catedrática y profesora de letras modernas, ganadora del Premio Nobel de Literatura en 2022, exterioriza su sentir con respecto al aumento en Europa de una ideología “de repliegue y de cierre”, basada en la exclusión de los inmigrantes, el abandono de los más desfavorecidos y la vigilancia del cuerpo de las mujeres. La escritora francesa de 82 años considera la escritura un acto político y, en su discurso de aceptación del Nobel.
Los armarios vacíos
Un retorno para “ahondar en lo indecible de una memoria reprimida y sacar a la luz la forma de ser de mi pueblo. Escribir para comprender las razones, dentro y fuera de mí, que me habían alejado de mis orígenes”. Su primer libro, aún en tono de ficción fue Los armarios vacíos (1974), sobre el aborto clandestino que sufrió en su juventud, un tema al que volvería de forma autobiográfica en El acontecimiento (2000).
En su primer libro definió el ámbito en el que situaría su escritura y que era a la vez social y feminista. “La venganza por mi raza y la venganza por mi sexo se convertirían desde entonces en una”. El compromiso de la nueva nobel con la escritura es hacerla desde su experiencia de “mujer e inmigrante del interior” con la certeza de que un libro “puede contribuir a cambiar la vida personal, a romper la soledad de la cosas sufridas y enterradas, a pensar de otra manera”.
Y es que, “cuando lo indecible sale a la luz, es político” y se ve hoy “con la revuelta de esas mujeres que han encontrado las palabras para desbaratar el poder masculino y se han alzado, como en Irán, contra su forma más arcaica”. Ernaux deseó que el Nobel sea una señal de esperanza para todas la escritoras, pues “hay hombres en el mundo, incluso en los círculos intelectuales occidentales, para quienes los libros escritos por mujeres simplemente no existen”.
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