Multilateralismo, mayor cooperación europea y una visión global para salir de la crisis que ha provocado la pandemia de coronavirus. Mario Draghi, el último líder en incorporarse a la Unión Europea, y Angela Merkel, que este año se despide de la Cancillería tras liderar al bloque europeo durante sus 16 años al frente de Alemania, compartieron este viernes sus recetas para el futuro en el foro Soluciones Globales, organizado por la presidencia del G20 que este año ostenta Italia. El primer ministro italiano abogó por “una soberanía conjunta en Europa”, que debería trascender el área de la salud, en la que la Unión Europea ya “ha demostrado su soberanía con la campaña de vacunación”.
Ambos mandatarios subrayaron que la situación creada por la pandemia refuerza la necesidad del multilateralismo como respuesta para resolver los grandes desafíos globales. Al inicio de la crisis, dijo Draghi, “el multilateralismo era débil… porque no había suficiente”. Pero ahora se está recuperando, confirmó, e Italia, como presidenta de turno del G20, está “decidida a liderar un cambio en el paradigma: cuando se habla del mundo, significa el mundo, no una colección de Estados individuales”.
Tanto Draghi como Merkel, que participaron en la cumbre por videoconferencia, coincidieron en el desafío que supone la campaña de vacunación en todo el mundo. La canciller destacó que solo se podrá vencer a la pandemia si se actúa a escala global y animó a los países del G20 a contribuir decididamente al Fondo de Acceso Global para vacunas (Covax) para garantizar que las dosis lleguen a los países de rentas medias y bajas. Alemania es el mayor donante del Covax, con 2.200 millones de euros, subrayó. “La pandemia ha demostrado que todos los intentos de combatirla a nivel nacional simplemente no serán suficientes para superar la crisis”, dijo la canciller.
Merkel volvió a defender su postura, contraria a la de Estados Unidos, sobre la suspensión de las patentes de las vacunas contra el coronavirus. Defendió que es necesario proteger las patentes para que las empresas sigan teniendo incentivos para investigar y desarrollar nuevos fármacos. El problema que tiene el mundo ahora, dijo, es de capacidad de producción. De ahí que la mejor respuesta sea otorgar licencias de patentes para que otras compañías puedan producir mayor cantidad de dosis. El papel de los Gobiernos en este caso consistiría en intervenir si las empresas se niegan a compartir licencias para proteger la propiedad intelectual de sus fármacos, añadió.
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