La política en Italia se transforma, evoluciona e intercambia los rostros de sus representantes en función de las leyes electorales de cada momento. El esquema de las coaliciones es la que conviene en los últimos años al calor de la norma actual. La izquierda no ha querido asumirlo hasta ahora.
Lo interesante es observar cómo cambian los equilibrios de fuerzas dentro de esos artefactos electorales.
La última sacudida en el sismógrafo de la derecha procede del universo de la Liga, pero resume las tres pulsiones en marcha.
Salvini, ex vicepresidente y ex ministro del Interior, ha propuesto esta semana formar una federación de partidos que componen el espectro conservador, salvo el que lidera Giorgia Meloni (mejor valorada que el líder de la Liga por los italianos).
El pretexto de Salvini es que, de ese modo, se podrá afrontar de manera unitaria las cuestiones que incumben al Ejecutivo.
“Hablaremos con una sola voz y, de este modo, aceleraremos la aprobación de decretos, de enmiendas, facilitaremos las reformas fiscal, de justicia”, señaló Salvini para explicar la naturaleza de su nuevo invento.