La aviación israelí ha redoblado los ataques en la madrugada de este lunes contra la red de túneles de Hamás en el norte de Gaza, que ha vuelto a machacar con una oleada de 54 cazabombarderos en 35 puntos, algunos en zonas habitadas. La escalada bélica más intensa en siete años en la depauperada franja mediterránea ha entrado en su segunda semana con un balance de más de 200 muertos, sin que los intentos de mediación diplomática hayan fraguado aún en un alto el fuego.
Las calles de la capital del enclave costero están vacías, relatan reporteros locales de las agencias de noticias. Muchas siguen sembradas de escombros, como los de los tres edificios en donde murieron aplastadas el domingo 42 personas, entre ellas 10 niños. El Ejército consideraba este lunes que se trató de una “acontecimiento anormal”, al desmoronarse inopinadamente una sección de los túneles atacados sobre los que se alzaban.
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La escalada bélica, que se desató en la tarde del pasado lunes tras el disparo de cohetes de Hamás sobe el área de Jerusalén, se ha cobrado ya la vida de al menos 201 personas en Gaza (incluidos 58 niños y 34 mujeres), y causado más de 1.200 heridos. En Israel, otras 10 personas (entre ellos, dos menores) han perdido la vida a causa de los proyectiles de las milicias palestinas, que han dejado un saldo de más 300 heridos. La oficina del portavoz el Ejército sostiene que Hamás es responsable de la muerte de civiles al ocultar a sus fuerzas e instalaciones en zonas habitadas. Al mismo tiempo, sostiene que los informes sobre víctimas civiles del Ministerio de Sanidad palestino en Gaza están inflados.
“Nunca había visto ataques de esta intensidad, en casa estábamos todos aterrados”, declaró a France Presse Mohamed Abded Rabbo, de 39 años, habitante de la ciudad de Gaza, donde centenares de edificios han quedado dañados. “Mis hijos no han podido dormir en toda la noche mientras caían las bombas”, dijo la palestina Um Naim, de 50 años, a un reportero de la agencia Reuters. El portavoz de Hamás en Gaza, Hazem Qassem, denunció que Israel estaba “engañando a la opinión pública [sobre sus ataques a objetivos militares] para ocultar sus crímenes deliberados contra civiles”, según informó Reuters.
En la oleada de ataques de este lunes perdió la vida uno de los jefes de la Yihad Islámica, el comandante de la zona norte de Gaza desde hace 15 años, Husam Abu Arbid, según confirmaron tanto la milicia islamista como los portavoces castrenses. Estos le responsabilizaron de recientes ataques con cohetes antitanque contra civiles y militares israelíes. Israel asegura que ha eliminado a 130 mandos de las milicias gazatíes –una información que no puede ser confirmada de forma independiente– y también que ha destruido casas e responsables políticos, como la de Jalil Hayya, jefe adjunto de Hamás en la Franja, o la la vivienda de Yaya Sinwar, máximo responsable de la organización islamista en el interior de Gaza.
El Ejército israelí cifra en más de 3.200 los disparos de cohetes en la última semana desde la franja de Gaza, en la que ha calificado de mayor ofensiva de proyectiles registrada hasta ahora contra su territorio, equiparable al total de lanzamientos de la guerra de 2014, que se prolongó durante dos meses. De ellos, al menos 1.010 han sido interceptados por el sistema Cúpula de Hierro, con una aparente tasa de derribo inferior al 50%, ya que otros 460 cohetes no llegaron a alcanzar territorio israelí por fallos en el lanzamiento. El sistema antimisiles, sin embargo, no se activa si los radares detectan la caída del proyectil sobre una zona deshabitada, y por ello el Ejército sostiene que la Cúpula de Hierro ha tenido “un 90% éxito” en las intercepciones.
Israel ha intensificado dese el pasado viernes los bombardeos aéreos sobre la franja de Gaza con el objetivo declarado, aunque escasamente visible, de destruir una red de 100 kilómetros de túneles por los que los milicianos de Hamás se desplazan por el norte y el este de la Franja en sus operaciones frente a Israel. Los combates se han extendido además al frente naval, done un portavoz castrense ha asegurado que un navío de guerra israelí había destruido este lunes “una embarcación sumergible” de Hamás, aunque sin mostrar evidencias sobre la presencia del “submarino” gazatí en el Mediterráneo.
Mientras los contendientes siguen enzarzados en la lógica de la guerra, la mediación de Egipto, Qatar y Estados Unidos se esfuerza en tratar de alcanzar un acuerdo de alto el fuego, por ahora sin resultados. El rey de Jordania, Abdalá II, aseguró el domingo que había emprendido una intensa mediación diplomática, en su condición de custodio de los santos lugares de Jerusalén, para favorecer un acuerdo de tregua entre los contendientes.
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