La toxicidad del mercurio en el pescado es un grave problema para la salud humana que necesita una atención constante. El consumo excesivo de pescado que contenga mercurio puede provocar graves efectos secundarios como daños cerebrales, problemas cardiovasculares y problemas renales.
El mercurio se libera en el medio ambiente a través de actividades humanas como la minería y la quema de combustibles fósiles. Posteriormente, entra en las aguas y es absorbido por los peces que se alimentan en la zona. En mayor o menor medida, todas las especies de pescado contienen mercurio.
Por lo tanto, es importante reducir el consumo de pescado con altos niveles de mercurio, como el pez espada y el atún rojo. La ingesta de estos pescados debe hacerse de manera ocasional y siempre teniendo en cuenta el tamaño del pescado y los niveles de mercurio que contienen.
Afortunadamente, hay otras alternativas de consumo de pescado más seguras como los camarones, el cangrejo, los mejillones, el bagre y el salmón. Además, los organismos internacionales proporcionan recomendaciones actualizadas sobre los niveles de mercurio presentes en los pescados.
En conclusión, el mercurio en el pescado es un problema que debe ser abordado por los consumidores, así como los organismos reguladores y las empresas que extraen y venden pescado. Con una mayor conciencia y acción, podemos reducir los niveles de mercurio en el pescado y proteger nuestra salud.
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