En un mundo culinario donde la precisión y las técnicas europeas suelen imperar, surge una figura única: Bianca Castro-Cerio Trenti, una chef que transforma la repostería convencional a través de la magia del fuego y la leña. Desde su hogar en Mexicali, Bianca ha tomado la industria por asalto, cautivando a paladares de México y más allá con innovadores postres cocinados en la parrilla.
La inspiración de Bianca proviene de su abuela, con quien trabajó durante más de 20 años, estableciendo un legado familiar a través de recetas que datan de 1905. Juntas no solo crearon postres artesanales, sino que forjaron una conexión profunda con sus raíces ítalo-mexicanas. Esta herencia es la columna vertebral de su carrera, llevándola a lugares tan prestigiosos como la Sociedad Mexicana de Parrilleros en Monterrey y, sorprendentemente, a cocinar para el Papa Francisco en el Vaticano.
Crecida en un rancho en Tecate, rodeada de viñedos y hornos rústicos, Bianca comprendió desde una temprana edad que cocinar es un ritual comunitario. Los fines de semana, su familia se reunía en grandes asados que alimentaban no solo el cuerpo, sino también el espíritu. Tras una serie de caminos profesionales y un llamado de su madre, decidió volver a la cocina y honrar el legado de su abuela. Desde sus inicios modestos con el Hotel Araiza, su trabajo ha alcanzado volúmenes impresionantes, sirviendo postres a grandes multitudes durante jornadas extremas.
Uno de sus logros más destacados fue el evento en el Vaticano, donde cocinó para 850 personas y presentó postres en la Casa de Santa Marta, desconocida para ella como la residencia del Papa. La experiencia fue tan transformadora que reafirmó su pasión por crear postres que desafían las expectativas.
La originalidad de sus recetas es un sello distintivo. En lugar de azúcar refinada, utiliza jarabes de alga marina y otros endulzantes innovadores, como en su famoso cheesecake de nopal. Desde piñas marinadas con humo de chicatana hasta sofisticados maridajes en el Valle de Guadalupe, la chef mezcla sabores e ingredientes inesperados, ofreciendo una experiencia única en cada bocado. Para Bianca, la repostería es más que una técnica; es un arte que combina diseño y creatividad constante.
Aún en su faceta competitiva, donde ha destacado en campeonatos de BBQ como la única mujer mexicana entre parrilleros, Bianca se aferra a la cocina familiar y el aprendizaje autodidacta proporcionado por su abuela. Su labor no solo sirve como un puente entre diferentes generaciones y culturas, sino que también refleja su deseo de explorar y crear nuevos sabores.
Con un espíritu indomable y un profundo orgullo por representar a su país, cada creación de Bianca se convierte en una obra de arte culinaria que no solo resuena en su familia, sino también en quienes tienen la fortuna de saborear sus postres. En este camino, Bianca continúa encendiendo el fuego de la innovación en la repostería, dejando una huella imborrable en la gastronomía.
Esta información corresponde a la fecha de publicación original, 2025-05-29.
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