Por Lýa Gutiérrez Quintanilla
Fíjense queridos lectores, que adentrarse en el interesante ambiente de los doce pueblos de Cuauhnáhuac, es bien interesante. Verán por qué. Percibí que el Aniversario de los pueblos indígenas en mi ciudad de Cuernavaca se celebró en grande por primera vez. Todos y cada uno de los presentes al evento formal eran provenientes no solo de Cuauhnáhuac, sino de varios municipios de Morelos, y todos con historias bien valiosas que contar.
Como comunicadora que soy, además de historiadora y cronista, me encanta contar lo que vivo, compartirlo con mis cercanos y para mí mis lectores son también mis cercanos. Así que les confieso aquí entre nos, que durante el evento aguardaba resultados médicos que de haber salido positivos a algún mal hubieran cambiado mi vida entera. Pero como una sorpresa más de la vida, de las muchas que he recibido, salí super bien y lista para emprender el compromiso que tengo en este caso como Tlayecanqui del Consejo de la Crónica y Cartas Vivas de Cuauhnáhuac, responsabilidad que emprenderé con plena salud, gran ánimo y sobre todo dando gracias a la vida que dicho sea de paso, creo que la palabra Gracias, es una de las más bellas oraciones. Así es que ya les iré contando.
Por de pronto les traigo hasta estas línea, parte del valioso mensaje que dijo ese día el nombrado Jefe Supremo del Señorío de Cuauhnáhuac, Lic. Manuel Gómez Vázquez: “No se trata solo de festejar el Día Internacional de los Indígenas, se trata de que tomemos conciencia y responsabilidad de nuestra participación para integrarnos a un país donde quepamos todos. Extrañamos un México imaginario, pleno de mitos y leyendas que sin embargo nunca vivimos. Sentimos pena y lástima por los acontecimientos que hicieron que el México de lo que fue, sea lo que ahora es, una historia de eternos conflictos para los pueblos indígenas lo que nos ha tenido fragmentados. Y esa falta de unidad es la que aunque cantemos al unísono ´Mexicanos al grito de guerra…´, lo hagamos solo entre nosotros mismos.
Es menester aceptar que por esa falta de unidad que hemos vivido desde tiempos anteriores a la Conquista, lo seguimos viviendo a lo largo de los siglos por lo que aunado a que el México independiente estaba en quiebra, no supimos impedir la pérdida de la mitad del territorio nacional en el siglo XIX. Y así seguimos. Si analizamos, la revolución mexicana, ya en el XX, no fue convocada en primera instancia por los pobres, sino por los ricos, cansados de la dictadura porfirista aunque la sangre para obtener justicia y libertad impulsada desde Morelos por el general Emiliano Zapata, sí la pusieron los de abajo y a la fecha seguimos esperando esa justicia que no acaba de llegar”.
Al escucharlo, recordé queridos lectores, que fue el 2 de febrero de 1848 cuando se firma el Tratado de Guadalupe Hidalgo, por el que México vendió la mitad de su territorio a E.U. con lo que los actuales estados de California, Arizona, Nevada, Utah, parte de Colorado, Nuevo México y Wyoming pasaron a formar parte de EE.UU.
Siguió Gómez Vázquez: México está destinado a la grandeza pero primero tiene que sanar las heridas del pasado. Hoy parece que tenemos la voluntad de revalorizar el pasado indígena, pero desdeñamos, de hecho, a los indígenas que venden en la calle. Y es que por un lado nos mostramos fascinados por un mundo que ha desaparecido hace más de cinco siglos, pero por el otro, no existe la voluntad de asimilarnos con los descendientes de ese mundo que ha desaparecido y que son los indígenas de hoy. Nos enorgullecemos de ser herederos de ese pasado majestuoso de nuestras culturas originarias, pero no tratamos con el respeto que se debe a los indígenas en desgracia. Parece mentira que a veces los extranjeros valoren más sus trabajos.
“Y es que indígenas somos todos los mexicanos, producto de un mestizaje del que debemos sentirnos orgullosos por lo que hay que empezar por reconocer e integrar nuestra condición a la de nuestros hermanos originarios. En el México de hoy se trata de que todos vivamos la justicia que nos merecemos y por la que se perdieron tantas vidas durante la Revolución de México. El objetivo es que todo mexicano pueda gozar sin distinción alguna de los mismos derechos. Por eso urge que conozcamos todos nuestro pasado y seamos conscientes de nuestro presente, porque nadie valora lo que no conoce y la realidad es que pocos mexicanos conocen la increíble historia del México antiguo”, terminó. Y hasta el próximo lunes.