En Nairobi, capital de Kenia, los terrenos que no se utilizan durante un tiempo se aprovechan para diversas actividades. Una parcela comunitaria en el barrio de Tena alberga varias actividades a la espera de que el Gobierno comunique una resolución judicial sobre la propiedad de la misma. A los miembros del Team Tina (equipo Tina en castellano) este espacio les ofrece la oportunidad de hacer ejercicio al aire libre, algo que siempre los anima. Christine Nzuki, instructora certificada del equipo, entrena aquí a unas cien personas.
En 2016, Nzuki puso en marcha el gimnasio al aire libre Team Tina para ayudar a la gente a desarrollar hábitos deportivos. “En 2012 descubrí estos terrenos y empecé a venir aquí a correr. Un año después me uní a un gimnasio al aire libre. Me rompí la clavícula en un accidente y, cuando me recuperé, empecé a hacer ejercicio por mi cuenta. Luego, poco a poco, se unieron a mi rutina algunos miembros y así es cómo empecé mi propio equipo”, explica Nzuki.
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Quien quiera unirse a su gimnasio debe tener el visto bueno de un doctor, que debe asegurar que la persona en cuestión no tenga problemas de salud. Y hay ejercicios en los que no deja que participen las mujeres embarazadas. Nzuki reconoce que no entrena a gente para que adelgace o se ponga fuerte sin más. “Hacer ejercicio te puede salvar la vida. Por eso, si alguien quiere unirse a mi grupo solo para perder peso, le digo que se vaya a casa y se replantee sus prioridades, porque una persona en buena forma física puede aspirar a alcanzar muchos otros objetivos”.
Durante cinco días a la semana, la primera clase que imparte es de 5.30 a 6.30 de la mañana, y la segunda, de 7.30 a 8.30, aunque a veces esta se alarga hasta las nueve porque algunas personas llegan tarde, sobre todo los padres que llevan a sus hijos a la escuela.
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Nzuki cobra al mes 1.000 chelines kenianos (algo menos de ocho euros). “Nunca he pensado en trasladar las clases a un edificio, porque entonces tendría que pedir a los miembros más dinero para pagar el alquiler del local, y la mayoría de los miembros apenas llegan a fin de mes. De hecho, muchos no me pagan. No les pido dinero porque sé que no se lo podrían permitir y dejarían de venir, y entonces yo no podría ayudarles.
Además, prefiero entrenar al aire libre porque hay espacio de sobra para cualquier actividad, y más ahora con la pandemia de covid-19”, comenta la entrenadora. Y añade: “El ver a otra gente dedicarse incansablemente a sus ejercicios también sirve para aumentar la motivación. Aunque es cierto que cuando llueve sí echamos en falta un local. Y también las veces en que nos cae un pelotazo de los que se dedican a jugar al fútbol, pero no podemos hacer nada porque también tienen derecho a estar ahí”.
Según Nzuki, el peor aspecto del terreno es la batalla judicial sobre su propiedad. “El promotor privado había ordenado la construcción de un muro, pero lo derribaron. Cada vez que vemos a gente cargando madera nos da miedo que estén intentando construir de manera ilegal. En el futuro, si continúa esta dinámica de construir casas y empresas, los niños necesitarán este campo para jugar. Este es el mejor regalo que nos puede hacer el Gobierno desde el punto de vista legal, para poder entrenar sin tener que preocuparnos. Nuestro representante en el Parlamento prometió que, una vez que se solucione el problema judicial, construirán unos baños, una cancha de voleibol, un campo de fútbol y un gimnasio comunitario. Pero, por el momento, lo único que espero es que mi equipo llegue a tener los materiales que suele haber en los gimnasios”, explica.
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Joseph Ndonji, miembro de la Asamblea del Condado, se lamenta por haber perdido la oportunidad de construir un complejo deportivo en este terreno, que iba a estar financiado por el Comité Olímpico Nacional: “El terreno comunitario se ha enzarzado en un proceso judicial con un promotor privado que ha puesto en espera todos los planes para la construcción de unas instalaciones deportivas modernas”. Y prosigue: “La Compañía Eléctrica de Kenia ya había colocado postes para alumbrar el campo, pero fueron objeto de vandalismo y los retiraron. El Comité Olímpico Nacional ha llevado el proyecto de las instalaciones deportivas a Ruai, un subcondado vecino en Nairobi”.
Ndonji señala que las escuelas privadas de alrededor también están utilizando la parcela como parque infantil, y añade: “Los negocios también prosperan en el lugar mientras esperamos el fallo del juez. Hay unos seis lavaderos de coches llevados por gente joven, y una sección del campo se está usando como vertedero en el que se recoge y se clasifica la basura de la localidad, para luego llevarla al vertedero principal, en Dandora. La policía también ha construido un bloque para mejorar la seguridad en Tena y Umoja”.