Mucho antes del Covid, se enfrenta algo que médicamente es un problema tan grande que ya es considerado una epidemia: los ataques con arma de fuego.
En 2019, el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Sinave) reportó que cada 5.8 horas ingresó una persona con heridas por arma de fuego o punzocortante a una sala de urgenciass. En ese año, se registraron 51 mil 620 casos en los hospitales públicos y privados del país, cuatro mil más que el año previo.
De acuerdo con el Inegi, los asesinatos son la octava causa de muerte entre los mexicanos, quienes buscan una vacuna efectiva contra la violencia que nadie ha podido frenar en tres sexenios y al parecer, la encontraron.
Según el Consejo Nacional de la Industria Balística, la industria del blindaje creció exponencialmente en los últimos cinco años. Sólo en el último año, la demanda por el blindaje aumentó 17 por ciento, asegura el organismo.
Al cierre del año pasado, de acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) más de 35 mil personas perdieron la vida a través del homicidio. El 2020 fue el segundo año consecutivo con estas cifras.
Por si fuera poco, el domingo 26 de abril fue el día más violento del año, al concentrar 115 defunciones por este motivo y representó el tercer día con más bajas en lo que va del sexenio.
Además, los datos del mismo organismo en los primeros tres meses del año arrojan que los homicidios intencionales, conocidos como dolosos, alcanzaron siete mil 52, de los cuáles, casi siete de cada 10 se cometieron con arma de fuego.
Los ataques con pistola son cada vez más comunes en México, pues la proliferación de armas legales e ilegales día con día se hace más evidente.
La semana pasada, la Secretaría de Seguridad Ciudadana detuvo a un hombre por rifar armas entre locatarios de la Central de Abasto de la capital del país.
Los locatarios identifican el proceso como Rifa entre amigos. Los boletos del sorteo eran impresos con la leyenda “La Efectiva” y el logotipo de un trébol verde en papeles de color amarillo, rojo, morado, y verde, y cada boleto se vendía por hasta cinco mil pesos.
Otro caso, que también ocurrió en menos de dos semanas fue el de un par de jóvenes que trataron de ingresar al parque de diversiones Six Flags con una subametralladora.
La proliferación de armas ocurre pese a que en México sólo existe una tienda para comprar pistolas de forma lícito y es controlada por la Secretaría de la Defensa Nacional.
Sin embargo, la Secretaría de Relaciones Exteriores estima que en la última década más de 2.5 millones de armas han cruzado la frontera de Estados Unidos hacia México.
En febrero, Fabián Medina, jefe de la oficina de la dependencia, y uno de los funcionarios del gobierno que le da seguimiento al tema del tráfico de armas, señaló que el flujo es consecuencia de las necesidades de abastecimiento a los grupos del crimen organizado, aunque no presentó cifras del incremento.
Durante un foro sobre tráfico de armas en la frontera entre México y Estados Unidos, Medina destacó que se estima que en Arizona se trafica 15 por ciento de las armas que entran ilegalmente al país.
Dijo que el principal punto de tráfico de armas es la ciudad de Nogales, en Sonora, y que entre abril de 2020 y enero de 2021, del total de los decomisos en la frontera 81 por ciento correspondió a municiones, 11 por ciento a cargadores y siete por ciento a partes de armas.
No precisó si los decomisos fueron hechos en territorio estadounidense o mexicano.
EL BLINDAJE EVOLUCIONA
De acuerdo con Ignacio Baca Torres, secretario y presidente de la Comisión de Blindaje Corporal del Consejo Nacional de la Industria Balística, tradicionalmente, las prendas blindadas han sido utilizadas principalmente por elementos de seguridad pública, guardias privados y personal militar, pero debido al incremento en la inseguridad del país en los últimos años, los ciudadanos han buscado protegerse con prendas mucho más discretas, pero que ofrecen la misma protección balística.
“El blindaje en México ha aumentado en dos vertientes. El primer sector que ha aumentado es el de la protección para las fuerzas del orden (policíaco y militar), esto derivado de la creciente violencia por temas particulares de la lucha contra las organizaciones delictivas; si le damos un valor diría que entre 15 por ciento y 20 por ciento”, aseguró.
La segunda vertiente, añade, existe un aumento muy destacable en la adquisición de productos de blindaje personal para los elementos de empresas que tienen a su cargo la protección privada, productos de blindajes muy similares a los policiacos, y por supuesto, para las personas en general..
COSTOS Y COMODIDAD
Ignacio Baca asegura que los adultos son quienes buscan más prendas para prevenir los impactos de bala, aunque su costo es alto para el promedio de la población.
“El costo es relativo, si hacemos una comparación de una prenda de marca de mediana a alta gama versus una prenda que tiene capacidad de detener balas. Creo que el precio pasaría a segundo plano, siempre haciendo hincapié en que este último está creado y diseñado para en la medida de lo posible salvar vidas. Para dar un precio estimado podemos decir que, una prenda balística certificada y que cumple con todos los estándares y requisitos, rondaría y partiría de los 400 dólares hacia arriba dependiendo de su configuración balística, tamaño y peso”, comenta.
Además, precisa que si bien las prendas se asemejan a la ropa común, son distintas y más pesadas que la ropa normal.
“Como todas las prendas nuevas que tienen un adicional en el peso o es algo a lo que el cuerpo no está acostumbrado se notará esa sensación de portar algo extraño en el torso, pero no son incómodas y la tecnología, que está cambiando constantemente para mejorar los materiales, los hace más ligeros y confortables”.
De acuerdo con Baca, una prenda de blindaje balístico pesa alrededor de tres kilogramos si es ropa exterior, como un chaleco sport o una chamarra; sin embargo su peso se reduce a 2.8 kilogramos si son prendas interiores.
“Por otro lado, dependiendo de la configuración balística y los materiales tanto para la solución en el panel balístico como en el portador de los paneles balísticos y del tamaño, podría disminuir o aumentar el peso”.
Todas las prendas certificadas por el Consejo del que forma parte, dice, cumplen con los niveles establecidos por el Instituto Nacional de Justicia de Estados Unidos (NIJ, por sus siglas en inglés).
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