Si hay una pasta fácil de preparar desde cero en casa, esos son los ñoquis. Llevan pocos ingredientes, se hacen y cocinan muy rápido y no requieren de utensilios o maquinaria específica como sí ocurre con otros tipos de pasta. Además, se alejan notablemente de su versión industrial chiclosa y dura, siendo suaves y mucho más ligeros.
Los ñoquis clásicos –gnocchi en Italia, de donde son originarios- se preparan con patata, harina y huevo. A veces incluso se omite este último, pero es importante saber que ayuda a aglutinar los ingredientes y formar más fácilmente la masa. A esta receta base se le pueden añadir distintos ingredientes para hacer ñoquis de otros sabores y colores: espinaca, como estos que tenemos aquí hoy, calabaza, boniato, remolacha, zanahoria, ricota -le da una textura buenísima-, tinta de calamar, albahaca, etc. Debes tener en cuenta que si decides añadir o cambiar alguno de estos ingredientes puede que añadan agua o sequen la masa, por lo que las proporciones cambiarían.
Respecto a la salsa que los acompaña, optaría por aquellas que son más ligeras ya que los ñoquis en sí son un plato consistente. Una salsa de tomate sencilla, a base de tomate fresco o en conserva, con un refrito base de ajo y algunas hierbas es muy buen acompañante. También pueden serlo un pesto o una mantequilla con salvia, por ejemplo.
Dificultad
Un poco de pringue, cero dificultad.
Ingredientes
Para 4-5 personas
- 500 g de patatas
- 350 g de harina de trigo
- 400 g de espinacas
- 1 huevo
- Sal
- Pimienta negra
- Salsa de tomate, pesto o mantequilla y queso rallado para acompañar
Preparación
Calentar el horno a 180 grados. Lavar bien y pinchar las patatas con un palillo. Colocarlas sobre una bandeja para horno con un poco de aceite y sal. Asarlas hasta que estén tiernas (una hora aproximadamente, dependerá del tamaño de las patatas). Una vez estén listas, pelarlas con cuidado para no quemarse y machacarlas con un pasapuré o tenedor (debe quedar un puré consistente).
Lavar bien las espinacas y retirar la parte más gruesa del tallo. Cocerlas en una olla tapada a fuego bajo con un chorrito de agua. Una vez estén tiernas pero sigan siendo de color verde intenso, retirar y escurrir muy bien procurando eliminar todo el agua posible.
Picar muy fino la espinaca o triturarla con una batidora de mano.
Añadir la espinaca, la harina y el huevo al puré. Salpimentar y mezclar hasta obtener una masa homogénea. Volcarla en la encimera y trabajarla hasta que sea una masa suave que casi no se pegue en los dedos.
Cortar porciones, hacer rollitos alargados -de un centímetro de espesor aproximadamente- y cortar los ñoquis. Opcionalmente, deslizarlos por una ñoquera o por un tenedor para hacer surcos. Reservar en la encimera con un poco de harina para que no se peguen.
Llevar abundante agua a ebullición y hervir los ñoquis en tandas para evitar que se peguen entre ellos. Una vez suban a la superficie, retirarlos con una espumadera y mezclarlos con la salsa deseada.
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