El aprovechamiento de los desechos de anchoa, conocido como “escatafood”, es una práctica cada vez más popular en la gastronomía. Este método busca minimizar el desperdicio y aprovechar al máximo todos los componentes del pescado, incluyendo cabeza, piel, huesos y vísceras.
La tendencia del “escatafood” ha llevado a la creación de nuevos productos derivados de la anchoa, como salsas, aceites, cremas y harinas ricas en nutrientes. Esto no solo contribuye a una alimentación más sostenible, sino que también ofrece alternativas innovadoras y saludables para los consumidores.
Además, esta práctica tiene un impacto positivo en la industria pesquera, al promover el uso completo de los recursos y reducir la huella ambiental. Asimismo, fomenta la economía circular al dar valor a los subproductos que antes eran desechados.
Aunque el “escatafood” ha ganado terreno en la gastronomía actual, todavía enfrenta desafíos en cuanto a la aceptación y comercialización de estos productos derivados de la anchoa. Sin embargo, su potencial para reducir el desperdicio y ofrecer alternativas alimenticias sostenibles lo convierte en un tema relevante en el ámbito gastronómico.
En resumen, el “escatafood” representa una forma innovadora y responsable de aprovechar al máximo el pescado, contribuyendo a la sostenibilidad, la economía circular y la diversificación de la oferta gastronómica. Esta tendencia refleja la importancia de buscar soluciones creativas y sostenibles para la alimentación en el mundo actual.
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