En relación a la pobreza informó que el Banco Mundial dio a conocer que, de 2018 a 2023, México pasó de 34.3 millones a 24.7 millones de gente en la pobreza.
Por Juan Carlos Sánchez Magallan
Andrés Manuel López Obrador llegó al poder con un ambicioso proyecto de izquierda llamado Cuarta Transformación, emulando a los movimientos de Independencia, Reforma y Revolución, prometiendo renovar los cimientos de la sociedad mexicana.
López Obrador está por concluir su mandato constitucional y, para informar de sus logros, realizó un evento masivo en el Zócalo capitalino que, como siempre, llenó sobradamente. Informó sobre los seis años de su mandato, mencionando los avances y resultados de su administración.
La corrupción fue un asunto prioritario en sus programas de gobierno. Limitó en sus salarios a todos los servidores públicos para que nadie gane más que el Presidente de la República, logró tener un gobierno austero, evitando el dispendio de gastos onerosos en viajes de primera clase y aviones privados.
En su sexenio, afirmó, se ahorraron 2 billones de pesos al no permitir la corrupción galopante de seis gobiernos neoliberales, no hay lujos en el gobierno y los servidores públicos actúan con eficiencia, responsabilidad y honradez, remató contundentemente.
Mencionó haber limpiado la corrupción en los poderes Ejecutivo y Legislativo y no así en el Judicial, donde, por cierto, envió una iniciativa de ley al Congreso de la Unión con cambios substanciales a la forma de elegir jueces, magistrados y ministros de la Corte, así como sus mecanismos de control.
En relación a la pobreza informó que el Banco Mundial dio a conocer que, de 2018 a 2023, México pasó de 34.3 millones a 24.7 millones de gente en la pobreza; significa que, aproximadamente, hay 10 millones de mexicanos que salieron de la pobreza, pues la alta prioridad han sido los pobres.
La estabilidad del peso ha contribuido a este propósito, pues no hemos sufrido devaluaciones bruscas como las del pasado, recuérdese que por esta causa tuvieron que quitar dos ceros a la moneda en relación al dólar.
En relación con el salario, éste ha tenido notables incrementos, el reparto de utilidades y los programas para el bienestar se han convertido en nuevos y eficaces medios para la redistribución más justa de la riqueza.
Y nos dice que un rico ganaba, en promedio, 35 veces más que un pobre y, ahora, la diferencia disminuyó 15 veces y el salario mínimo aumentó más del 100 por ciento.
Hoy, la pensión para adultos mayores y el apoyo universal a discapacitados, así como el otorgamiento de becas a estudiantes de familias pobres, es una realidad, elevándose a rango constitucional.
Su gobierno destinó 132 mil millones de pesos para financiar el programa Jóvenes Construyendo el Futuro, en el que han sido beneficiados 2 millones 973 mil 455 hombres y mujeres.
Qué decir de las grandes obras que impulsó, como el Tren Maya, el Transpacífico, el Aeropuerto Felipe Ángeles, la línea aérea Mexicana de Aviación, el Banco del Bienestar, etcétera.
A menos de un mes del fin de su administración, evidentemente, tuvo muy importantes avances de transformación, sin embargo, no logró materializar muchos de sus proyectos insignia, como fue el de igualar el sistema de salud mexicano al de Dinamarca, sacar al Ejército de las calles o reducir los niveles de violencia, son asignaturas pendientes que, por supuesto, la presidenta Claudia Sheinbaum habrá de retomar.
Con un nivel de popularidad y de aprobación cercano al 60%, Andrés Manuel se va con saldos positivos, pues entregó buenos resultados; la gente premia a los buenos gobiernos o los rechaza, prueba de ello fue el resultado abrumador en las urnas en favor de Claudia Sheinbaum, presidenta electa de la República Mexicana, quien, por cierto, envió una espléndida primera señal a todos los gobernados con el nombramiento de los integrantes de su gabinete, mujeres y hombres bien capacitados y experimentados, pero, sobre todo, serios en el ejercicio del poder. Será un gobierno de excelencia. O no, ¿estimado lector?
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