Nunca en su historia el Partido Comunista chileno (PC) tuvo como ahora a un candidato presidencial tan cerca de La Moneda. Ni siquiera cuando Unidad Popular, del socialista Salvador Allende, representaba el 17% de las fuerzas políticas que conformaban el Gobierno. A seis meses de las presidenciales chilenas del 21 de noviembre, la carta del PC, el alcalde Daniel Jadue, un licenciado en Arquitectura y Sociología, lidera la intención de voto. De 53 años y de origen árabe, encabeza las preferencias con el 19,2% de respaldo, según la encuesta de Activa Research. Los resultados del fin de semana pasado –donde votó solo el 43% del electorado–, dan buenos aires para la candidatura que aún saborea una evidente victoria política de la izquierda.
Si al resultado se le mira con la elección de concejales del mismo fin de semana, donde los partidos se miden con el resto y se observa el poder territorial de cada organización, se observa una distribución semejante a la que había en Chile: la derecha alcanza un 33,14% en votos, la centroizquierda un 34,15% y la izquierda un 23,77%. El PC obtiene un 9,23%, un crecimiento respecto al 6% obtenido en los comicios de 2016.
Marta Lagos, fundadora y directora ejecutiva de Latinobarómetro, señala que los resultados del fin de semana pasados para el Partido Comunista “no fue una victoria electoral, sino política”. La analista se refiere a los 28 de los 155 escaños, un 18%, logrados en el constituyente por la alianza entre los comunistas y el Frente Amplio, un conglomerado de partidos de izquierda nacidos tras las movilizaciones. El PC por si solo “obtuvo 4,99%”, lo que equivale a siete puestos, apunta Lagos. Podría concluirse que fueron castigados de la misma forma que las organizaciones tradicionales de la transición, donde el bloque de la derecha obtuvo 37 puestos (un 23,8% que la deja sin opciones de veto) y los 25 asientos para centroizquierda (16,1%).
“El resultado habría pasado desapercibido si no tuviera un candidato presidencial”, explica Lagos. La alta abstención –un 57%– afectó sobre todo al centro, que volverá a movilizarse rumbo a las presidenciales de noviembre. “Chile no se corrió a la izquierda, sino que enfrenta una dispersión de mil minorías”, asegura la encuestadora, que reconoce los importantes triunfos políticos y electorales del PC, como la victoria en la municipalidad de Santiago que la economista Irací Hassler le arrebató a la derecha.
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